Entre 2008 y 2017, Sensation White convirtió a Santiago en sede de uno de los espectáculos de música electrónica más emblemáticos del mundo, dejando una huella en la historia de los festivales nacionales.
Vestirse de blanco, sumergirse en un show de luces, sonido y tecnología, y bailar hasta el amanecer bajo la batuta de los DJs más reconocidos del planeta. Así se vivió Sensation White en Chile, un evento que hizo vibrar a miles de asistentes y posicionó a Santiago como un punto clave en el mapa de los festivales globales.
Sensation White aterrizó por primera vez en Chile en marzo de 2008, trayendo consigo un concepto que ya había revolucionado la vida nocturna en Europa: un show donde el blanco era obligatorio y la experiencia audiovisual estaba al nivel de las grandes producciones teatrales. La Estación Mapocho se transformó en el escenario de las primeras ediciones, con presentaciones de artistas como Armin van Buuren, Sebastian Ingrosso y Darren Emerson, y montajes que integraban acróbatas, fuego, pirotecnia y estructuras móviles.
Cada año el espectáculo ofreció una narrativa distinta. En 2009, el tema fue Oak of Love; en 2010, Ocean of White sumergió a los asistentes en una ambientación marina; en 2011, Wicked Wonderland propuso una travesía onírica; y en 2012, Celebrate Life se presentó como un llamado a disfrutar el momento. El código de vestimenta blanco, instaurado en homenaje al hermano del fundador del festival, se mantuvo como símbolo de unidad y respeto.

Tras una pausa de varios años, Sensation regresó en 2017 bajo el nombre Sensation The Andes Edition, como parte del festival Andes Future en el Movistar Arena. En esa ocasión, el montaje se inspiró en el espectáculo internacional Source of Light, adaptando el escenario a un formato frontal.
Sensation White no solo trajo a Chile algunos de los nombres más importantes de la electrónica mundial. También impulsó la profesionalización de los eventos masivos en el país, marcando un antes y un después en términos de producción, puesta en escena y exigencias técnicas.
Aunque no se han confirmado nuevas ediciones oficiales tras 2017, el legado de Sensation sigue vivo en la memoria colectiva de quienes vivieron esas noches, y su impacto aún se percibe en la evolución de los festivales locales.